miércoles, 21 de enero de 2009

Tipo nada, el tipo nada


¿A que se dedica tu hijo? Bueno, nada, responde su madre Elizabeth. No es un vago, es una vocación. ¿Y que dice él?

Nada, nada y nada, es tímido, calladito y lo único que lo mueve es la natación.

Así es el pobre Marcos Olivera, flaco, alto, de rasgos pronunciados, con una gran nariz y el pelo lacio como pegado a la cara. Un púber de 14 años que aún no definió su identidad sexual, colecciona los recortes y posters de José Meolans que están esparcidos por el desordenado piso de su pequeña habitación ¿Por qué no de Georgina Bardach? Se preguntan sus padres

Todas estas actitudes provocan como contrapartida la crueldad característica de sus amigos que incurren en kilos de cargadas atribuidas a su aparente condición de gay. Pero no le importaba, él nadaba y eso lo abstraía del mundo prejuicioso.

Todo muy calmo, hasta que La tragedia llamó a su puerta. Una fresca tarde de otoño una camioneta de la tintoreria La tragedia tocó timbre en su casa para entregar un pedido de Omar, su padre. “Aca le traje el traje de tintorerías La tragedia” dijo el cadete tartamudo arrastrando palabras. Marcos fue quién lo atendió e instantáneamente se enamoró del empleado. El jefe de la familia logró advertir la sensación emocional de su primogénito y enardecido lo apretó fuerte del brazo y lo encerró en su cuarto. La relación siempre fue muy tensa al punto de que el joven se sentía ignorado por Omar, dueño de una personalidad recta y eclesiástica.

Marquitos recibió un extenso sermón de su padre quien le prohibió salir de su casa, ni siquiera para ir al natatorio, lo que sería un clavario. Sus amigos iban a visitarlo para hacerle compañía. Una noche jugando a las cartas, Joaquín uno de sus camaradas exaltado gritó: ¡Chinchón, la puta que lo parió! Golpeó fuerte la mesa que se dio vuelta y tiró todo lo que había sobre ella, vasos, salamines y el control remoto. Se pararon todos del susto y sin querer Marcos pisó la cola de su perra Lucy que le mordió la pierna. El pobre animal que arrastraba una pata y también una enfermedad terminal murió aplastada por la pesada mesa del quincho.

El mal que aquejaba al can le produjo una importante infección a su dueño, por lo que debieron amputarle la pierna derecha.

Marcos nunca más volvería a nadar y vería como su sueño se derrumbaba.

Ni bien se recuperó de la operación, por venganza y odio acumulado comenzó a salir en muletas por las noches para disparle a los perros del vecindario. Una semana más tarde murió atacado por una jauría autoconvocada.

domingo, 11 de enero de 2009

Tienes un e-mail!

Martes al mediodia. Pánico en la city. Un sujeto ebrio con una remera de Hendrix. Tensión por una toma de rehenes. Las palabras caían de su boca y llegaban al suelo sin ser entendidas por los mediadores. Un ciber-café atestado de púberes privados de su libertad. Crónica tv en la puerta. Un país sigue la historia del día a través de una pantalla.

Policías agazapados detrás de los patrulleros y dos francotiradores apostados desde lo alto de los edificios. La pizza quedaría para más tarde.

“Quiero un Helicoptero!” gritó Fernando por la pequeña ventanita del lugar, mientras se secaba el sudor de la frente con una revista de supermercado y seguía tomando pastillas de todos los colores, la incoherencia ganaba la batalla. “Yo tengo el msn de Haddad señaló uno de los oficiales para satisfacer el pedido del muchacho, a esta hora está conectado, completó”

Un megáfono fue el puente necesario.. “dani_elmascapo_9@hotmail.com, agregalo le dijeron, ah.. Usá la maquina tres que va como trompada explicó el policía que era asiduo concurrente al local y lo conocía como la palma de la mano del Negro Palma (N de R: era fana de Central y se llamaba Aldo, como el ídolo de la palomita a Newell’s).

Camuflados entre la muchedumbre llegaron 2 amigos de aquel joven de 23 años, lo identificaron cuando lo vieron en la tele de una pizzería. Pidieron hablar con el comisario a cargo. Le comentaron el perfil del protagonista, como era de esperar era una persona que reprimía sus impulsos y esta vez explotó en toda su magnitud. Solo quería llamar la atención.

El tiempo parecía que huía de la situación, y el llanto de las madres de los chicos iba acoplándose en la esquina como eco de la tensión.

Emulando a King Kong, abraza fuerte a una joven rubia y bonita, la sube a caballito y la usa como escudo y carnada para tener en vilo a todos y que obtener lo que pide a cambio de la liberación.

Hablaron por teléfono con él, muy exaltado solicitaba que maten a su madre, paguen la cuenta del somier que se le había vencido dos meses atrás y quería una torta de chocolate entregada por Choly Berreteaga, la prolífica mujer cuyos posters de postres empapelaba su habitación.

El segundo llamado no fue muy fructífero que digamos, Fernando demostró su descontento efectuando dos disparos al aire (el canario murió de un ataque al higado, porque además de sufrir por el agrio momento suscitado, el joven le dio de comer chizitos)

El malhumor fue acentuado porque Dani tenía el helicóptero en el taller. “Flaco, te conseguimos a Gonsalez Oro que vino en un Mehari naranja, ¿no te va?” le preguntó el comisario con la voz absolutamente quebrada . “Las pelotas!” Respondió Fer.

Bastaron 5 minutos para que se hiciera presente Sokol con una guitarra criolla.

“Ahí lo tenés al pelado” le dijeron nuevamente por teléfono... “Bueno, pero que toque ‘Se viene el estallido’ porque se pudre todo negro” respondió.

“Loco esa no la sé, dijo el guitarrista, aparte no es mía”. El delincuente se puso a llorar y se disparó en la sien.

Los concurrentes decepcionados por el inesperado desenlace enardecidos saquearon el ciber. CPU al hombro y a correr!